Aprender a amarte es primero, aprender a estar presente.
El camino del amarte necesita aprender a estar contigo, consciente y presente. Eso es ejercitar la conciencia y para lograrlo necesitas estar presente. Es un círculo virtuoso, una cosa lleva a la otra y viceversa.
Necesitas vivir con conciencia para estar en ti, tu cuerpo, emociones, decisiones y todo lo que te ocurre para hacerte responsable de tu vida y destino, sabiendo orientar tu energía hacia pensamientos positivos que mejoren tu ánimo, salud y vida.
Vivir con conciencia supone desarrollar:
- La capacidad de estar presente (Presencia)
- El saber centrarse (Atención)
- Tener una visión clara y objetiva de las cosas (Claridad)
Estas son las 3 cualidades esenciales del vivir con conciencia. Cultivarlas en tu vida, te ayuda a vivir con conciencia y cultivar la conciencia las desarrolla. Todas están entrelazadas y se apoyan mutuamente.
Ventajas del vivir con conciencia.
Vivir con conciencia te mejora como persona y te aporta muchas ventajas que te ayudan en la vida, como:
- La atención que te centra. Atención.
- La presencia que permite estar en la realidad. Presencia
- La claridad que te da una visión real y objetiva de las cosas. Claridad.
- No te engañas, ni te dejas engañar por los demás. Objetividad.
- Tienes una visión objetiva de ti, la vida y los demás. Visión.
- Sabes lo que de verdad quieres y necesitas, de lo que te conviene y no. Certeza.
- Eres una persona más auténtica contigo y con los demás; con tu propia vida porque conoces tu verdad. Autenticidad.
- Puedes protegerte mejor, porque sabes tanto lo que necesitas y quieres, cómo lo que no quieres. Seguridad.
- Puedes centrarte en lo que es realmente importante para ti y no dejar que tu energía se disperse. Concrección.
- Estás más atento a lo que te pasa y sucede, viviendo en la realidad y el presente. No en tus recuerdos, ilusiones, miedos o especulaciones. Realismo.
Meditar. La presencia que te ayuda a centrarte.
¿Por qué es tan necesario meditar hoy en día y por qué nos cuesta tanto?. Parece más fácil ir al gimnasio porque lo vemos más útil y sano y porque en nuestra vida sedentaria necesitamos más el movimiento que la quietud que asociamos a la meditación. ¿Y si podemos meditar y además movernos, pasear y ejercitar el cuerpo?.
Esta sociedad está llena de estímulos externos, móviles y tantas cosas que nos sacan de nosotros, del cuerpo y nos llevan a la mente. Eso impide la real presencia.
Si siempre es necesario la meditación que te ayuda a centrarte y estar contigo, hoy día mucho más. Si además hay formas de meditar donde puedes moverte e incluso pasear por la naturaleza, con lo vitalizaste que es, mucho mejor.
Aparte de la voluntad y la práctica del día a día en ese estar contigo y presente en tu vida, que ejercita la conciencia. Hay una técnica fundamental que te ayuda a ese despertar de la conciencia. La meditación.
La esencia del meditar, es centrar tu mente en el objeto de tu meditación. No se trata de no tener pensamientos, sino de focalizar, de centrar la mente en algo, el objeto de tu meditación, que lo básico es la respiración. Así los pensamientos no te dispersan. Tú centras y diriges tu mente. No tu mente a ti.
Necesitas desarrollar tu capacidad de centrarte en lo que haces para no dispersarte, focalizando tu energía hacia lo que te conviene. Así serás más eficaz en todos tus actos, logrando una mayor eficiencia energética.
Necesitas estar atento a lo que haces, para estar plenamente en el presente. Necesitas la claridad necesaria para verte a ti, a los demás y la vida tal y como son, sin las fantasías y especulaciones de la mente.
Si nunca has estado contigo, si siempre has estado pendiente de los demás, si eres muy mental y te cuesta identificar y canalizar tus emociones, si estás lejos de tu cuerpo, entonces la presencia te costará mucho más al principio; pero precisamente por todo eso, la necesitas todavía más.
Veinte minutos al día durante un mes cambia tu mente.
La buena noticia es que todo es cuestión de práctica. Una vez que empieces, con voluntad y perseverancia, no solo cada vez te costará menos sino que pronto comenzarás a notar los beneficios en tu mente y tu vida.
No hacen falta años de práctica, ni largas horas meditando, basta veinte minutos al día y en un mes, tu cerebro empieza a cambiar y ya notas los beneficios.
Hay diversas formas de practicarla. Al principio es más fácil la típica de en silencio y con los ojos cerrados, pero también puedes meditar caminando, paseando por la naturaleza, con la ventaja añadida de lo saludable que es caminar.
Algunas personas tienen que escoger entre meditar, creyendo que es algo siempre pasivo y sedentario, o pasear; algo también necesario para la salud del cuerpo. Con la meditación vital puedes meditar paseando, centrándote en tu respiración.
Así haces dos cosas complementarias y necesarias, con un doble beneficio.
Moldeando tu cerebro, activando tus dones y recursos personales.
Meditar aporta una mayor plasticidad al cerebro y mejora la coordinación entre las neuronas, activando áreas asociadas a emociones de bienestar y felicidad. Así puedes relajarte más, y desactivar los niveles de estrés y alerta que, además de dañarte y restarte energía, impiden la verdadera fuerza y creatividad. Lo mejor de ti, sale cuando estás tranquilo y relajado, no cuando tienes agobios o estrés.
La Meditación Vital incluye emociones canalizadas y visualizaciones. Eso es lo que le hace especialmente poderosa. Tras una fase de relajación y llegado al estado alfa de tu cerebro, se visualizan cualidades que quieras obtener como persona o situaciones que necesitas vivir, programando así tu subconsciente para que colabore en lograr aquello que te propones.
En el curso de Meditación Vital practicarás distintas meditaciones poderosas diseñadas para sembrar recursos y habilidades necesarias en tu vida, estimular tus chakras y hacerte una persona mucho más capaz; pero no es el objeto de este curso.
Ahora solo pretendemos darte una herramienta básica para ir ejercitando la necesaria presencia y conciencia en tu vida que necesitas para abordar la parte práctica del curso de autoestima que te estoy dictando.
No puede ser solo teoría. El curso te ayuda a tomar decisiones vitales y para tomarlas necesitas hacerlo con más conciencia y presencia. Tomar esas decisiones en estado meditativo te ayuda a que sean mejores.

No te pierdas la Lección 3. Es una meditación práctica, sencilla, pero muy poderosa que además te entrena emocionalmente.
La Respiración Emocional Consciente. Del abrir y del soltar, del llenarte y del liberarte.