No todo el mundo entiende el poder del compromiso, incluso hay ciertos recelos, especialmente cuando se trata de comprometerte afectivamente y muchas personas sienten miedo y recelos ante el compromiso de pareja.
Creemos que el compromiso está lleno de obligaciones, que nos limita y quita libertad, pero más allá de estos miedos, el compromiso es lo que te da la energía para llegar más lejos y alcanzar tus metas.
Cierto que a lo largo de nuestra vida asumimos compromisos obligadamente, que no son nuestros y nos los imponen. Esto es distinto. El compromiso de levantarte para ir a un trabajo que no te gusta, de estudiar asignaturas que no te interesan y otras obligaciones que asumimos por necesidad.
Estos compromisos nos desagrada asumirlos, pero lo hacemos por necesidad, pero no estoy hablando de esta clase de compromisos sino de los que tú voluntaria y libremente asumes porque lo sientes bueno para tu vida, como comprometerte contigo y con tus sueños.
Si no te comprometes con tus sueños, con aquello que realmente deseas, ¿crees que podrás lograrlo? Sin compromiso, a la mínima dificultad se abandona el camino. ¿Por qué? Porque el peso del esfuerzo nos parece superior al del premio. ¿Por qué sucede eso? Porque no le damos al premio la importancia que realmente tiene.
Comprometerte con algo es dar importancia a eso
Cuando te comprometes con algo, un deseo, un sueño, una vocación, una persona, tu compromiso significa que le das importancia a ese algo y eso genera más energía en ti para afrontar las dificultades y lograrlo. Si no te comprometes con algo es que no debe ser tan importante para ti. ¿Entonces para qué esforzarse?
Debes tener en cuenta una cosa, nada realmente importante en la vida, una gran meta, un amor duradero, un sueño, puede realizarse sin voluntad de permanecer y esfuerzo. Sin compromiso no hay nada de eso.
El compromiso te da la fuerza y la voluntad necesaria para llegar a lo que das importancia. Sin compromiso, no hay importancia, ni fuerza, ni voluntad para llegar. Aquí radica el valor y la fuerza del compromiso.
Comprometerte con otras personas es algo bien diferente porque, como he dicho, tu compromiso supone dar importancia a esa persona, a la relación, a lo que pasa entre vosotros. ¿Y si lo que ocurre no es lo que espero, es incluso negativo? Entonces puedes sufrir y para no sufrir, mejor no comprometerte con nadie. ¿Es esta la solución?
Creemos que al comprometernos con los demás podemos perdernos y si eso ocurre es porque ya estamos perdidos, es decir, porque no estamos con nosotros.
Nos comprometemos con personas en función de determinadas expectativas y formas de relacionarse.
Si me comprometo con una pareja es por esperar que habrá amor y nutrición mutua, que ambos nos aportamos. Si después descubro que esto no es real, puedo romper ese compromiso; algo que realmente se hace y es totalmente justo porque el compromiso se basó en un “compromiso de mutua alianza” Si esto no es así, el compromiso que he adquirido ya no tiene valor y puedo romperlo.
Me comprometo con algo mientras siga dando importancia a ese algo. Si descubro que el sueño que perseguía ya no me motiva, puedo dejar de comprometerme.
¿Entonces qué pasa si hay dificultades, sirve mi compromiso para algo, para mantenerme o también renunciaré?
Una cosa son las dificultades y otra que dejes de dar importancia a la persona o el sueño que perseguías. Si hay dificultades y necesidad de esforzarse, la pregunta no es abandonar o no ante las dificultades sino ¿realmente me sigue importando esa persona? Si te sigue importando tu compromiso sigue firme y te hará afrontar las dificultades.
La cuestión no está en que deba esforzarme, que habrá obstáculos y dificultades que superar. Esto incluso es bastante probable si perseguimos algo realmente importante como una relacion sólida, positiva y duradera o un sueño importante. La verdadera cuestión está en: ¿sigue siendo importante ese sueño o esa persona para mi? Mi compromiso es por la importancia que le doy. Ahi radica su origen, los cimientos de mi compromiso y mientras esos cimientos no se tambaleen, no por las dificultades en sí sino por mis dudas en cuanto al valor de lo que persigo.
Por eso, para poder estar seguro de lo que quieres y lo que no quieres, antes de comprometerte con nadie debes establecer un compromiso contigo mismo.
Comprometerte con algo o alguien es dar importancia a ese algo o alguien.
Quien está comprometido consigo mismo, quien tiene claro qué quiere y qué no quiere, quien vive con esa certeza, nunca se perderá en otra persona, ni en ningún sueño o proyecto vano. Las personas pueden decepcionarte. Es posible, pero la decepción es una contrariedad pasajera que se supera fácilmente siguiendo tu camino. El problema no es que los demás no sean como esperas, que te decepcionen, es quedarte atrapado en algo que no puede ser. Si eso sucede es porque no estás comprometido contigo. De ahí la importancia del comprometerte contigo.
Antes de comprometerte con los demás debes establecer un serio, profundo y leal compromiso contigo mismo. Por decirlo de otra manera. Antes de “casarte” con alguien debes de casarte contigo mismo.
El compromiso contigo mismo.
Esto es lo que casi nadie hace y de ahí vienen todos los problemas. No son culpa de los demás, ni del propio compromiso, simplemente es que si no estás contigo te perderás en los demás.
Quien está comprometido consigo mismo, quien sabe acompañarse tiene muy claro quien, que desea, que quiere y no quiere en una relación y no “firma” ningún compromiso contrario a lo que él es realmente y desea.
Daros cuenta de una cuestión importante que pasa desapercibida.
Lo definitivo no es la persona sino la relación que se establezca.
Lo importante en una relación no es la persona que está contigo, no es definitivo que te guste, ames o no, lo fundamental para que la historia dure y sea fructífera es qué tipo de relación hay entre los dos.
Las hay tan tóxicas que no se las deseo a nadie, pero no es de esto de lo que quiero hablar sino del primer y principal compromiso que debes establecer . El comprometerte contigo mismo. Lo que se llama:
El Compromiso Interior.
Tomar la decisión de ser tu aliado, comprometerte contigo, tu vida, necesidades y sueños.
Todas las decisiones a las que antes te he invitado te ayudan a conocerte mejor, saber de tu potencial ilimitado y planificar mejor tus decisiones en la vida para crear un destino mejor.
Todo eso te prepara para ser mejor, amarte más, estar contigo y así poder ir a los demás, al mundo, desde esa plenitud. Antes de hacerlo debes tomar una nueva decisión. Ser tu aliado, comprometerte contigo mismo. Aunque encuentres aliados leales, para tus propósitos en la vida, nadie puede sustituir la plena alianza, que primero debes establecer contigo mismo, el compromiso personal contigo y tu vida.
La mayoría de las personas esperan que otra persona se comprometa con ellas, que las cuide y aporte lo que necesitan. Esto es normal y es lo que se conoce como la búsqueda del aliado de la pareja.
El problema es que buscamos el compromiso de los demás, sin antes forjar el compromiso con nosotros mismos. A los otros, les ocurre lo mismos: Como no están comprometidos con ellos, no saben comprometerse con los demás, y caen en relaciones de mutua dependencia y luchas de poder.
En que se basa el compromiso personal con uno mismo.
Se establece sobre unas bases fundamentales para ser tu verdadero aliado y acompañarte siempre, teniendo como meta lograr una vida equilibrada, satisfactoria y plena. Lograrlo supone:
Ser más consciente, estar en ti para conocerte mejor.
Es dar un paso hacia el autoconocimiento. Entenderte más, lo que te ocurre, sientes, tus valores, Entender tus valores, deseos y objetivos personales. Esto requiere una profunda toma de conciencia de ti, una reflexión continua para saber quién eres y qué quieres conseguir en tu vida, sabiendo tomar decisiones lúcidas y establecer metas auténticas.
Asumir la responsabilidad de tu vida y destino.
Algo a lo que ya te he invitado a lo largo del curso y es básico en el amarte y acompañarte. Comprometerte contigo es hacerte responsable de tu vida, destino, felicidad y de saber evitar el sufrimiento. Asumir la responsabilidad de tus actos, decisiones y de lo que sientes. Cuidado, ser responsable no es ser culpable, simplemente asume que esa es tu apuesta, tu decisión.
También es reconocer que tu puedes cambia aquello que no te guste, no funcione bien de ti o de tu destino. Eres el principal agente y responsable de tu cambio.
Reconocer que tus decisiones tienen mucho que ver con tu felicidad, bienestar, gozo o también con tu dolor y frustraciones, con poder lograr o no tus metas.
Es no delegar en nadie la responsabilidad de tu vida ni excusarse en nadie -personas- ni en nada -pasado-
Cuidar tu cuerpo, asumir la responsabilidad de tu bienestar físico, emocional, mental y espiritual.
Debes ser consciente de qué comes, cómo lo haces y si tus actos contribuyen a tu salud y cuidado del cuerpo o lo deterioran.
Tu bienestar físico, mental y emocional debe ser una prioridad de vida y te remito a todos los consejos y prácticas tratados en la lección del trabajo de la energía y del nutrirte.
Debes tener hábitos saludables, mover el cuerpo, tener una dieta adecuada y darle a tu cuerpo y mente el descanso necesario.
Ser la persona dueña de su vida y cultivar la disciplina y la firmeza necesarias para lograrlo.
Nada importante en la vida, ni siquiera un gran amor, una gran relación se consigue sin voluntad, esfuerzo y perseverancia, lo que te hace seguir trabajando en tus metas, a pesar de los obstáculos. Permanecer con voluntad y persistencia en tus metas es esencial para lograr el éxito en cualquier cosa de importancia.
Ser amable contigo, flexible y aprende a saber adaptarte a las circunstancias.
Parecen cualidades diferentes, pero todas vienen de la misma madre: capacidad de adaptación. Algo esencial en la vida y la naturaleza porque solo sobreviven quienes saben adaptarse a las nuevas circunstancias.
De ahí nace el ser tolerante contigo, amable y el saber cuidarte.
La adaptabilidad no es solo saber ajustar tus propósitos y actos a la realidad de la vida siempre cambiante, es también saber adaptarte a ti, a los fallos y debilidades que surjan en el camino; por eso de la capacidad de adaptarte puede nacer la flexibilidad contigo y la amabilidad.
De la rigidez ante la vida lo que nace es ser rígido contigo mismo, inflexible, intolerante y hasta castigador de ti o los demás.
No valoramos lo suficiente la capacidad de adaptarse, cualidad esencial de la vida porque no sobreviven los más fuertes sino los que mejor se adaptan.
La capacidad de adaptarse necesita de tolerancia y flexibilidad. Cultivando ambas fortaleces tu capacidad de adaptarte. Están unidas y te recuerdo que no solo es útil para afrontar los cambios de la vida que tanto disturban a muchas personas y tanto miedo les dan; es también algo esencial del amarte y comprometerte contigo porque haces eso para vivir mejor, gozar más y sufrir menos.
La capacidad de adecuar tus metas y actos a lo imprevisible de la vida e incluso de los demás, no es solo una mayor garantía de éxito, también de sufrir menos y perder menos energía.
Practica la autocompasión.
El ser compasivo y tolerante contigo es un don que deriva de lo anterior. Es tan importante ser amable contigo, comprenderte y perdonarte, especialmente cuando te equivocas. Algo necesario para poder permanecer en una actitud positiva y constructiva ante ti y la vida.
Si te equivocas pero te perdonas y no te hostigas, ni castigas, no te importará volver a intentarlo. Algo que bloquea mucho en la vida es el miedo a perder, a equivocarse. Algo que limita nuestra capacidad de acción porque el miedo siempre nos bloquea. No lo dudes, cuando hay miedo a equivocarse, a fracasar es por temor a un castigo inconsciente: ser rechazado, ser incluso castigado. Temores que vienen de la infancia, de una mente rígida y juzgadora que te hacen más difícil atreverte a triunfar y darlo todo en la vida porque el camino del éxito está siempre plagado de errores que nos han hecho aprender ese camino. Ya lo dice el refrán: Rectificar es de sabios.
Tener capacidad de encaje. Acepta errores y fracasos
Como he dicho antes el miedo a vivir es el miedo a perder porque a veces la mente monta un drama ante eso. Cuando menos aceptes derrotas y contratiempos, en el amor, trabajo y el éxito profesional, más difícil te será recuperarte. Que hoy haya salido mal no significa que siempre sea así, de hecho si haces las correcciones necesarias, no sucederá seguro.
Esto no solo te evita sufrimiento y más fracasos sino que además te ayuda a perseverar en medio de las dificultades.
Ser fiel y leal a ti mismo.
Queremos que las personas nos sean fieles y leales. Es normal porque sin una emoción de lealtad ninguna relación puede llegar muy lejos. La pregunta es ¿nos preocupa igual ser leales y fieles a nosotros mismos?
Si surge este conflicto puedes hacerte otra pregunta: ¿A que soy desleal de mi? ¿A tus mejores valores o a tu debilidad?
En la pareja suele darse este conflicto. ¿A qué debo ser leal, a mi pareja o a mi deseo de tener aventuras y sexo con más personas?
Antes de responder a esa pregunta debes entonces hacer otra: ¿Mi valor fundamental de vida es la promiscuidad, la libertad sexual a toda costa o prefiero lograr un vínculo sólido y profundo con una persona?
Ser leales a nosotros mismos es fundamental, es parte del compromiso contigo mismo, de sentirse satisfecho, pero debemos ser muy conscientes a qué eres leal de ti o no.
¿A tu grandeza o a tu debilidad? Eso sí es importante discernir.
Si soy leal a todos los deseos que surgen en mi mente, seguramente no seré leal a mi esencia porque voy a perderme.
La lealtad es importante, una norma de vida y de las relaciones, por eso debe abordarse y ser claros a la hora de establecer un compromiso de pareja: ¿Que entiende cada uno por ser leal? A partir de esa claridad podrá edificarse algo seguro.
Ser leal a uno mismo es actuar en consonancia con sus mejores valores y creencias más elevadas, ser auténtico en tus acciones y relaciones. Eso te da solidez y fortalece, hace que estés más a gusto, más satisfecho contigo mismo. La clave de la felicidad.
Los Cuatro Compromisos.
Cuatro son los compromisos que debes establecer para establecerte realmente en ti y darte el amor y la importancia que mereces. La meta última de cualquier curso de autoestima y amarte. Son como la práctica final del curso. Su aplicación. Los enumero:
El Compromiso Interior. Ser tu aliado. Las bodas del cuerpo y el alma.
Un potente ritual para establecer un compromiso contigo mismo, ser tu aliado y acompañarte siempre, para sentirte bien contigo mismo.
El Compromiso con tu Amante Interior
No basta que te acompañes tú, debes sentir la compañía de la vida, su magia y su poder. Un paso más, muy importante, para lograr una seguridad total es invocar y lograr esa conexión mágica con tu Amante Interior, con tu dimensión cuántica, divina, mágica o transpersonal, como quieras llamarla.
El Compromiso Vital.
Necesitas sentir tu importancia personal, no solo para tu familia, pareja o amigos. Eso es necesario, pero mucho más sentir tu importancia para la vida, sentir esa conexión, esa meta o misión personal, que la vida te ama y necesita de tu aportación. Eso te dará la grandeza que necesitas para no depender de nadie.
El Compromiso de Amor
Un compromiso mutuo de amor es un paso necesario para formalizar una pareja. Algo que se desea y a la vez da miedo; por no saber comprometerse, pero esencialmente por no estar comprometido contigo mismo.
Si antes has realizado los anteriores compromisos no debes tener miedo a establecer un compromiso de amor, lealtad y alianza mutua con otra persona.
Por supuesto que no puede ser con cualquiera ni de cualquier manera. Antes de forjar un compromiso de pareja con alguien, antes de dar “el título de pareja” a alguien, ambos debeis demostraros mutuamente que lo sois y lo mereceis. Esto no puede estara basado en meras palabras sino en actos concretos, firmes y mantenidos de mutua entrega.
Como os decía al principio, el amor es acción, el amarte debe traducirse en actos y formas concretas de darte lo que necesitas. Lo mismo pasa entre las personas: amar es actuar, es hacer cosas por los demás.
Aquí acaba la primera parte del Curso Aprender a Amarte. Ya tienes las herramientas para caminar y lograr estar contigo y acompañarte con amor, conciencia y sabiduría.
Desde esa realidad puedes ir al encuentro con la vida y los demás.
Si quieres podemos seguir acompañándote, sobre todo si quedan cosas en ese proceso de sanación.
No te pierdas la próxima entrega. El hermoso y profundo ritual para establecer ese compromiso personal contigo mismo.
¿Quieres casarte contigo? Adelante.