Lección 7: El Trabajo de la Energía. Llenarte de vida para darte a la vida. Curso Aprender Amarte. Lección 7.

La realidad energética de la Vida y tu vida
Somos seres de energía y todo lo que nos sucede es una manifestación de la energía que tenemos y de cómo la usamos.
Los resultados de nuestra relación con nosotros mismos, pareja, familia, trabajo y sociedad, dependen de esta realidad energética, de tu eficacia y eficiencia en el saber manejar tus recursos.
Desde este punto de vista energético, nuestra capacidad como personas, puede medirse por la cantidad de energía de que disponemos y de cómo la usamos porque es lo que nos hace más o menos eficaces y eficientes en el manejo de nuestra vida y recursos. 
El trabajo de la energía está en saber cargarte de energía, saber conservarla y saber usarla creativamente. Los tres factores son importantes porque podemos tener mucha energía y derrocharla, o quizá poca, pero administrarla perfectamente y saber usarla con más eficacia, para conseguir mejores resultados.
La naturaleza y todos los seres vivos, evolucionan siempre hacia una mayor eficacia y eficiencia energética. Es la clave del éxito. Tu vida, con sus crisis y desafíos, también busca que logres una mayor eficacia en el trabajo de la energía, que seas más eficiente en el manejo de tus recursos y tu vida.
La clave que determina en mayor medida tu felicidad o desgracia está en ese saber manejar tu energía y, especialmente tu energía emocional, saber permanecer y profundizar en las emociones positivas, saber gestionar las negativas que, tarde o temprano, surgen en cualquier persona.
1.- Toma conciencia de tu realidad energética.
El camino comienza aceptando e instalándote en esta realidad de la vida. Si te miras, juzgas o contemplas tu realidad desde los juicios, la moral o lo aprendido, tendrás una visión parcial, sesgada y no real de ti y lo que te sucede.
Si te ves a ti y lo que te ocurre, como el resultado de tu manejo de la energía, te instalas en una verdad y realidad objetiva, desde donde planificar y crear tu destino con mayor eficacia.
Deja de juzgarte para verte como lo que realmente eres, un ser de energía. Si tienes podrás dar y darte, pero si no tienes, no.

Si quieres evaluar tu vida y actos, lo que te ocurre y deseas, debes hacerlo desde este punto de vista objetivo, sereno y real, de cómo trabajas la energía.

Si de alguna forma quieres mejorar tu vida, liberarte de un dolor, lograr algún objetivo, o dejar atrás algo que te limita, tendrás que hacer un trabajo energético.
Para hacer el trabajo que hablamos en la lección anterior de liberarte de dependencias, sanar heridas y encauzar a tu Niño Interior necesitas tener energía  y bastante. 
El trabajo de la energía
Cuando alguien tiene mucha energía, hasta lo más difícil parece fácil y cuando tiene poca, lo más fácil parece imposible. La energía es una pero se manifiesta con diferentes cualidades:
La energía vital que mueve tus músculos y alimenta tus células, la energía emocional  o astral que nutre tu alma y emociones, la energía mental que nutre tus ideas, la espiritual que te inspira, te ayuda a trascender, superarte y conectar con lo global.
Cuando tienes energía, no solo tienes vitalidad para mover tus músculos, también te es más fácil tener pensamientos y emociones positivas porque la energía que tengas, nutre todos los niveles de tu ser.
Siendo esto general, en lo particular, puede haber personas más mentales que emocionales, más activas en lo físico que en lo mental o al contrario. Esto no depende solo de su nivel de energía sino de la habilidad y capacidad que tengan para manejar sus emociones, pensamientos o los músculos de su cuerpo; de su hábito de llevar la energía a uno u otro terreno, pero sea como sea, siempre necesitamos alimentarnos de esa “energía madre” que nutre todos nuestros niveles,  llevar la energía a un área de nuestra vida u otro,  depende de nosotros, de nuestras necesidades y del momento que estemos viviendo.
En este curso te voy a proponer metas y objetivos muy claros y generales. Validos para todo el mundo,  para cualquier ser humano, pero más allá de esto, deberás plantearte que quieres tú concretamente. ¡Ahora! ¡En este momento de tu vida!

Podrá ser algo muy diferente a lo que querías hace un año, o a lo que querrás cuando pase el tiempo, pero sí debes tener claro qué quieres ahora, porque ahí llevarás tu energía.

El trabajo de la energía.  Nutrir, conservar y aplicar.
Saber nutrirte.
Saber nutrirte es saber cargarse de energía. Saber llenarte. Es saber tomar de la vida lo necesario para sentirte lleno y pleno. Para, como dije antes, poder tener, para ti y los demás. Si no te nutres no tienes. Es como si no comieras, porque desfalleces energéticamente.
Es hacer cosas que te llenen, aporten y estimulen emocionalmente porque lo que más nutre en la vida es aquello que te emociona positivamente, mientras que lo que más desgasta en la vida son las emociones negativas. ¿Cómo te nutres?

Saber conservarte. Es saber no derrochar la energía, ni perderla inútilmente. Saber conservar la energía. Evitar pérdidas innecesarias y desgastes.
¿Cómo la pierdes, donde la pierdes y cómo evitas las perdidas?¿Dónde la pierdes? ¿Por qué la pierdes? ¿Por qué permites ese desgaste? ¿Qué ganas haciendo eso, aunque en general pierdas más que ganas?
Como no siempre sabemos hacerlo, en este apartado, se analizan las pérdidas energéticas que realmente tenemos. Los hábitos, personas, actos, actitudes ,y todo aquello de nuestra vida, donde perdemos el tiempo, la energía, los recursos y, hasta nosotros mismos, de una manera totalmente inútil; hasta  el punto de que son actos que nos vacían, nos enferman, deterioran, y menguan nuestra vitalidad. Identificar las pérdidas energéticas, tus agujeros negros, saber por qué permites eso, y hacer lo necesario para evitarlo, es el trabajo de la energía en este punto: Saber conservarte.
Saber aplicarla.
Saber llevar la energía hacia dónde realmente quieres. Saber aplicarla eficientemente. ¿Cómo la canalizas y hacia dónde la llevas? ¿En qué sueños, deseos o bloqueos te implicas? ¿Llevas tu energía  hacia lo positivo o negativo ?
Si ya hubieses terminado el curso y tuvieses más energía y supieses manejarla mejor. ¿A dónde la llevarías ahora? ¿Qué quieres, necesitas o deseas en este momento de tu vida?
Dependiendo de tu respuesta, ahí llevarías la energía. Eso es aplicarla.
A dónde llevas tu energía y por qué la llevas ahí, son cuestiones fundamentales, en lo que se llama aplicar la energía. Son tan importantes a nivel práctico, en tu uso de la energía, que van a ser fundamentales en tu destino y tu capacidad de gozar o sufrir con lo que te ocurre.
¿Para qué quieres la energía? ¿Para qué quieres el dinero? Para usarla en aquello que realmente quieres, no para derrocharla inútilmente. ¿Eso siempre es así? ¿Vas a por las cosas que tu corazón quiere o a las que te dicen los demás, tu mente o lo que se espera de ti? No todo el mundo sabe aplicar la energía, es decir, ir a lo que en verdad quieren.
Hay otra cuestión importante ¿Cómo la canalizas?  Hacia lo positivo o lo negativo
Si no tienes no puedes dar a nadie, ni a ti, ni a quien ames. Si no tienen, tampoco podrán darte, por mucho que lo deseen.
Si comprendes esta realidad energética, no habrá tanto sufrimiento en tus relaciones porque entenderás que muchas veces, quien no te ama, no es porque no lo merezcas sino porque no tiene amor que darte.
Si pides dinero a un mendigo y no te lo da, no te enfadas, ni decepcionas porque entiendes que un mendigo no tiene dinero que darte. Lo mismo sucede con el amor, si pides amor a quien no lo conoce, ternura a quienes se refugian en su frialdad, comprensión a quienes no se entienden, y compromiso a quien no sabe comprometerse, nadie podrá darte lo que no tiene. Si lo aceptas, no solo no sufrirás sino que podrás ir a otra persona, que sí tenga lo que buscas y necesitas.
Para dar hay que tener y para tener, antes hay que tomar. Este tomar, es el arte de nutrirte. El primer trabajo en el uso consciente de la energía.
Esto que parece tan obvio y sencillo, es tan importante y desconocido por la mayoría de las personas que, si realmente lo entiendes y aceptas, no solo podrás mejorar tu realidad y eficiencia energética, también liberarás de mucho drama y sufrimiento, a tus relaciones personales.

Del nutrirte globalmente
La vida es un continuo intercambio energético entre los diferentes seres vivos. Todas tus relaciones son eso, un intercambio de energía emocional, mental, vital, espiritual, etc. entre tú y los demás.
Estas relaciones se basan en las leyes de la energía, como hemos estado viendo desde el principio.
En ese intercambio energético quien tiene puede darte y quien no tiene, no puede dar, tan solo pedir, mendigar o exigir.
Si tienes amor, podrás darlo, pero si no tienes porque no lo has vivido, conocido o está bloqueado por heridas, entonces no puedes darlo.
Lo mismo le pasa a la otra persona. Si no tiene, no podrá darte.
Esta ley energética te ayuda a comprender y normalizar algunas situaciones negativas que puedas abordar. A veces creemos que alguien no nos da amor porque no lo merecemos o le caemos mal, pero simplemente es que no tiene amor que dar, ni a ti, ni a nadie.
Peor es cuando insistimos y nos obsesionamos con esa persona, intentando que nos de lo que no tiene.
Para dar hay que tener. Para tener hay que antes tomar
La primera ley energética es que para tener y poder dar, antes tienes que tomar, tomar de la vida lo que necesites.
A esto se le llama nutrirte. Nutrite no es solo comer, es nutrirte globalmente, cuerpo, alma, mente y espíritu.
Si te nutres podrás tener y si tienes podrás dar. Solo si puedes dar, podrás establecer relaciones satisfactorias porque si no tienes, ni puedes dar, nadie va a valorarte.
¿Acaso tú vas a valorar a una persona que no tenga nada que aportar? Seguro que no. Es algo natural.
Por lo tanto, para fortalecerte como persona, ser más valioso frente a los demás, frente a ti mismo y tener fortaleza para encauzar a tu niño interior,  posiblemente herido, necesitas nutrirte, llenarte de energía para poder tener.
Es el trabajo y el propósito de las siguientes lecciones.
Lograr la eficiencia energética
Algo tan de moda y necesario en nuestra sociedad tecnológica tiene también una lectura a nivel humano y personal porque es una de las metas en el trabajo de la energía.
La energía de la vida, su funcionamiento, está basada en que cada ser vivo logre la autosuficiencia, eficacia y eficiencia energética porque conseguir las cosas que necesitas y metas de vida requiere de tu  eficacia.
Las claves de tu éxito en la vida, incluidos tu felicidad o frustración, fundamentalmente dependen de ti, de que sepas realizar este trabajo energético.
Cierto que también somos seres sociales, hay relaciones simbióticas, de alianza y comunitarias, pero cada ser aporta su parte al colectivo y en eso está basada una colaboración donde todos se benefician; sea una relación de tipo conyugal o comunitaria. Todos deben aportar para que todos se beneficien, pero ¿cómo alguien podrá aportar algo si no tiene nada que aportar?
Quien no tiene dinero, amor, responsabilidad, ternura o cualquier otra cualidad humana, no podrá aportarlo aunque quiera.
Debemos aspirar a la autosuficiencia energética. Una de las aplicaciones prácticas del saber amarte. ¿En qué consiste?
Básicamente saber tomar de la vida lo que necesites para sentirte y ser una persona completa, sin carencias ni dependencias de los demás.
Así, teniendo, puedes establecer relaciones de igual a igual, sin dependencias emocionales, ni energéticas.  Autosuficiencia es también saber colaborar y establecer relaciones de alianza y armonía, logrando ese equilibrio energético entre tú y la otra persona.
No es aislarse, no querer cuentas con nadie y tampoco no saber pedir ayuda cuando es necesario. Es simplemente, no ser dependiente. 
La autosuficiencia, no es no contar nunca con nadie sino contar, ante todo, contigo mismo y no pedir a los demás lo que puedes hacer por ti. Es saber colaborar con los demás, desde tu grandeza y tu verdad, no desde tu dependencia. 
Frustración es pedir a alguien lo que no puede darte y estar esperándolo.
El problema es cuando pides o esperas que alguien te de algo que no puede y no lo aceptas. aceptarlo y seguir tu camino, te lo tomas como un rechazo,   te hace dudar de que no lo mereces o te quedas atrapado esperando que te de lo que nunca te dará y, como he dicho, porque la mayoría de las veces ni lo tiene.
Si le pides dinero a un mendigo y no te lo da, no te enfadas porque lo ves natural, sabes que no tiene. Ni se te ocurre pedir, ni esperar a que algún día tenga.
Lo mismo pasa con las personas y lo que necesitamos de ellas. Da igual que sea tu padre, esposo o amigo, si le pides algo que no tiene, no podrá dártelo. Si te lo tomas igual que pedir dinero a un mendigo, te evitarás muchos problemas.
Este es el concepto de ver la vida y a las personas con quienes nos relacionamos como un intercambio energético.
La vida y tus relaciones son un intercambio de energías
Asume que la vida es un intercambio energético entre los distintos seres. La meta es lograr la armonía, el equilibrio en ese intercambio.
No puedes pedir más de lo que das, ni dar más de lo que recibes en tus relaciones con personas adultas. Esa es la clave. El equilibrio, la armonía entre tú y los demás.
Si quieres una guía, una referencia a la que amoldarte en tus relaciones es la búsqueda de la armonía, del equilibrio.
De hecho la vida se basa en la armonía y la enfermedad o la decadencia es la ruptura de esa armonía.
Las lecciones anteriores han querido aportarte conocimiento en el proceso de tu decidir para que lo hagas de una forma consciente y eficiente.
Ahora viene una decisión muy práctica que debes asumir.
Para vivir, poner en práctica tus ideas, lograr tus deseos y relacionarte de una forma constructiva y sana, necesitas “tener”.
Tener amor, energía, fuerza, ternura y todas los valores y cualidades posibles para poder aportarlos. Por supuesto que no hay nadie que lo tenga todo, que tenga todas las virtudes y perfecciones, pero sí debemos aspirar a tener el máximo posible para ser personas lo más completas y valiosas posibles. Por nosotros mismos, por sentirnos satisfechos y por ser también valiosas para los demás y la vida.
Buscando el equilibrio. Tomar para poder dar. Dar para poder tomar.
Te nutres energética y emocionalmente para poder interactuar en la vida y relacionarte con los demás desde la autosuficiencia para poder establecer relaciones e intercambios energéticos armónicos. Es ser tú y estar dispuesto a nutrirte de los demás, pero también querer aportar a los demás. Alimentarte de la Vida y ser alimento de la Vida. Se logra sabiendo estar en ti y darte lo que necesitas porque si te nutres, podrás tener para poder dar.
De esto tratan la próxima lección. El arte de nutrirte emocionalmente para sentir la plenitud del estar lleno. ¿Cómo nutrirte y qué debes nutrir en ti?

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