Si asumes que tú creas tu destino, tienes la libertad de cambiarlo porque todo lo que dependa de ti, puedes hacer que sea diferente, siendo tú distinto. Lo que te sucede es el resultado de tu trabajo personal y de cómo manejas la energía.
Cambiar tu destino supone hacer cambios en ti, no estar esperando, peleando o presionando para que cambien los demás; entonces no estás en ti, en lo que tú debes hacer. Recuerda la vieja frase: Si quieres algo distinto, haz algo diferente.
Einstein lo decía de una forma demoledora: “La definición de locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes”
Además de la libertad que te da ser el creador de tu destino y responsable de tu felicidad, con todo su potencial de cambio, hay otro gran beneficio:
Como no puedes culpar, ni responsabilizar a nadie de lo que pasa en tu vida porque son tus decisiones, se acaban muchas peleas, conflictos y discusiones en los que entras y que te quitan tiempo y energía para nada.
Esto tan básico es fácil de entender pero difícil de aceptar, sobre todo si estás atrapado en alguien a quien haces responsable de tu sufrimiento. Puede que le culpes, pelees, protestes y muchas más cosas. Mi pregunta es: ¿Te sirve de algo aparte de enredarte en el conflicto?
Si tu eres el responsable de tu destino y asumes esa responsabilidad, entonces nadie más lo es. No puedes ser tú el dueño de tu vida y poner tu vida -tus desgracias- en manos de otra persona. Son actitudes, ideas, creencias incompatibles. Deberás tomar alguna decisión.
Nadie es responsable de tu felicidad, tampoco de tu desgracia. Lo que te sucede es el resultado de tu trabajo personal y de cómo manejas la energía, de tus decisiones.
Si alguien te da algo y decides que eso no te sirve, ni valoras o agradeces, lo que te han dado no te sirve de nada.
Si alguien te menosprecia y decides que no te afecte porque su opinión no te importa; ese desprecio no te ocasiona ningún perjuicio, no te perturba. Lo que te sucede no depende tanto de los otros, depende más de ti.
El sabio Epícteto lo decía: “Lo importante no es lo que te hacen o sucede sino cómo reaccionas ante lo que te sucede”
Tú eres el centro de tu vida, de tus emociones y pensamientos. Todo está en ti, los demás son solo excusas para que te pongas triste o alegre, odies o perdones; pero tanto la tristeza como la alegría son tuyas y tú las gestionas.
Ahora tienes una decisión importante que tomar: ¿Asumes la responsabilidad de tu destino o pones tu felicidad y desgracia en manos de los demás? Tú decides pero si quieres seguir siendo dependiente no podremos llegar muy lejos. Si lo asomes. Libera a todo el mundo, déjales en paz y céntrate en ti, liberándote tú también. Se libre, se tu quien crea tu destino, no delegues en nadie. ¿Estás dispuesto? Sigamos.
Reflexiona sobre lo siguiente:
Si apuestas por ti, por estar en ti, no puedes apostar por los otros, por estar pendiente de ellos, de qué deben hacer. Si apuestas por los otros nunca podrás ganar tú.
Si haces responsable a los demás de lo que te sucede te conviertes en una persona dependiente de ellos e irás mendigando, exigiendo, esperando o combatiendo, pero nunca tendrás ni paz, ni libertad.
Examina las áreas de tu vida donde tienes un comportamiento dependiente para poder liberarte.
Es el tema de la siguiente lección. Una guía de comportamientos dependientes para que puedas identificar los que te limitan a ti.
Primero necesitas identificarlos para poder después superarlos.
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