Del saber conservarte y evitar pérdidas energéticas
No sirve de mucho nutrirte y llenarte de energía, si luego la tiras, la pierdes, derrochas o gastas inútilmente.El saber conservar la energía, es el segundo trabajo energético del ser ,y debes ser consciente si tienes pérdidas energéticas.
Debemos tomar conciencia y descubrir los agujeros por donde perdemos la energía, para solucionar estas pérdidas.
La rigidez y tensión nos bajan mucho nuestro nivel de energía. El estrés produce en el cuerpo un estado de tensión, y si es crónico, no solo nos hace perder energía, también podemos enfermar o deprimirnos. La tensión permanece aunque las circunstancias y actitud que la originaron desaparezcan, porque se ha quedado anclada en los músculos y órganos del cuerpo. Estas tensiones musculares, retienen la energía e impiden que circule libremente, también dificultan la expresión emocional, y a la larga dañan la salud.
Poco a poco, el cuerpo se va haciendo más y más rígido debido a las tensiones, lo que bloquea en parte la vivencia y expresión de la energía de la vida en ti.
La Rigidez bloquea la expresión de la vida y el flujo energético.
Cuanto más rígido esté tu cuerpo, cuanto más rígida sea tu mente, cuanto más rígida sea tu vida, más lejos estarás de las fuentes de la vida y la energía, porque la vida es apertura, flexibilidad, capacidad de adaptación y saber fluir. Un niño cuando nace está en su nivel máximo de flexibilidad y apertura.
Las personas excesivamente rígidas están en una lucha permanente con ellas, los demás y el destino, algo que les hace perder mucha vida y energía.
La educación, las luchas y los dolores a los que tenga que enfrentarse, van cerrando y cerrando, van haciendo cada vez más rígida a la persona y la mente; eso, al mismo tiempo que le aleja de la vida, le acerca más a la muerte, que es la rigidez total.
Envejecer es hacerse cada vez más rígido, física, mental y emocionalmente.
Esto es algo al margen de la edad. Hay personas más jóvenes que su rigidez les hace más ancianos y al revés, personas de edad, capaces de ser flexibles que se comportan como más jóvenes.
En el trabajo de la energía, es muy necesario rebajar tus niveles de tensión, agobios y estrés. Aprender a serenarte, confiar, disfrutar del camino y afrontar con serenidad las dificultades. Hay que tratar de evitar esa rigidez que la tensión produce en el cuerpo porque es como un pozo sin fondo por donde derrochas mucha energía.
Fluir y adaptarse es vivir, rigidez es morir un poco cada día.
Puedes hacerlo con un conjunto de actitudes, la primera y principal es la de aprender a fluir y ser abierto a lo nuevo, flexible y tolerante en la vida. También puedes evitar esa rigidez con la respiración profunda, la meditación y la actividad física, moviendo tu cuerpo para que se mueva la energía y se desbloqueen nudos energéticos.
Si la tolerancia es una garantía de una vida más plena y con menos conflictos. Un exceso de tolerancia, como la indulgencia, puede ser perjudicial.
Disfrutar del camino sin expectativas de los resultados. Deseando, pero fluyendo.
Lo fundamental es disfrutar del camino más que de los resultados. Tú haces las cosas lo mejor posible, y ya no puedes hacer más; el resto no depende de ti, solo te queda fluir, confiar en la Vida, aceptando que, pase lo que pase, siempre será una oportunidad para aprender y evolucionar.
Cuando algo te hace perder mucha energía, puede ser porque esa acción, persona o actividad no te conviene, y deberías evitarlo; o también puede ser por tu propia actitud; ante lo que haces.
A veces tenemos que hacer algo forzosamente, como quien va a trabajar y no le gusta su trabajo. El trabajo, en sí mismo, nos consume energía, incluso aunque nos guste, pero si vamos al trabajo a disgusto, y hacemos las cosas con mal humor, la pérdida energética será mucho mayor. Ante esto sólo caben dos cosas. Cambiar de trabajo o cambiar de actitud ante el trabajo.
Cuando algo te consume la energía, lo mejor es cambiar y evitar eso que te desgasta; pero si no puedes hacerlo, debes encontrar una actitud que te permita estar más a gusto con eso obligatorio que debes hacer.
A veces más que cambiar de trabajo, pareja o de relaciones, hay que cambiar de actitud.
¿Qué nos hace perder la energía?
Principalmente el miedo, los agobios, el estrés y la tensión con que vivimos. La necesidad mental de querer tenerlo todo bajo control para tener una seguridad total que en realidad nunca existe. Para evitarlo hay que aprender a fluir.
Básicamente perdemos la energía por lo siguiente:
- Queriendo luchar para controlarlo todo y tener una seguridad total. Para evitarlo hay que aprender a fluir aceptando los riesgos y lo imprevisto como parte de la magia de la vida.
- Queriendo convencer. Cuando necesitamos convencer a los demás, que nos den la razón e imponer nuestras razones, perdemos mucha energía. Quien tiene la certeza interior no necesita convencer a los demás.
- Queriendo juzgar. Continuamente estamos juzgando a los demás y a nosotros mismos. No hay nada perfecto. Para evitar la pérdida de energía que produce estar siempre juzgando, hay que fomentar la tolerancia y aceptar la biodiversidad como la gran riqueza de la naturaleza y la humanidad.
Deja los demás sean como sean, lo importante es que tú estés satisfecho de ti mismo. - Queriendo sufrir. A veces nos empeñamos en ir de víctimas, nos regodeamos en el dolor, en la ofensa recibida y en la magnificación de nuestra pena y sufrimiento. Esto nos daña y nos hace perder energía. Si caes en esa actitud debes plantearte por qué lo haces. ¿Es una forma de llamar la atención? ¿Una forma desvirtuada de quererte? Siendo víctima y sufridor, puedes compadecerte de ti mismo y lamerte tus heridas ya que crees que nadie más lo hara.
Todas esas actitudes te privan de tener un destino más positivo, atraen enfermedades y te quitan energía. Pueden tener algún resultado a corto plazo. Quizá alguien se acerque a compadecerte, pero a la largo todo el mundo se cansa de quien va de víctima. Para evitar caer en esos roles hay que saber perdonarse y perdonar, dejar de lamentarse y en vez de decirse que mal estoy, afirmarse que todo saldrá bien, que puedo superarlo.
Queriendo ser perfectos. El irreal deseo de perfección en que nos han educado, también nos hace sufrir y perder la energía queriendo mantener una actitud que es imposible. Nadie es perfecto. No existe la persona perfecta, la pareja perfecta ni la relación perfecta. Solo puedes empezar a ser perfecto cuando admites tus imperfecciones. Lo único que puedes hacer es ser cada vez más íntegro, más consecuente contigo mismo. Aceptar tus errores, tus defectos, y si te caes, simplemente tienes que levantarte y seguir caminando hacia tu objetivo. - Queriendo controlar
Hay personas con un deseo obsesivo de que todo esté en su sitio, no solo las cosas, también las personas y son excesivamente controladoras, siempre diciendo a los demás qué deben hacer. Seguramente lo hacen con la mejor intención, pero esa actitud es el origen de muchos conflictos porque nadie quiere que le digan qué debe hacer o cómo debe ser.
Esa necesidad de control no se proyecta solo en las personas, también en la vida en general. Todo debe estar en su sitio y no se admite nada que le saque a uno de los esquemas que tiene de las cosas o situaciones. También se suele temer los cambios porque todo cambio supone dejar de controlar lo ya conocido para internarse en lo que todavía no se sabe. Como la vida y las persona siempre hay cambios, también le cuesta sufrimiento y energía aceptarlo.
La necesidad de controlar se resuelve cultivando la tolerancia, el respeto hacia los demás y la aceptación de la posibilidad de errar y no ser perfecto. Se sustenta aprendiendo a controlarse uno mismo para no tener que controlar la vida o los demás. - Queriendo ser negativos en general. Siempre que orientamos nuestra mente hacia lo negativo, siempre que nos abandonamos en pensamientos de conflicto, dolor u oscuridad, perdemos energía, perdemos vida y salud.
Actitudes que te ayudan a conservar la energía
Aprender a Fluir
Perdemos mucha energía intentando controlarlo todo, incluso lo que no podemos controlar. A veces es necesario fluir, confiar, dejarse hacer. Hay que saber afirmarse y luchar cuando es necesario, cierto, pero también es necesario saber ceder y dejarse llevar cuando la vida nos pide fluir.
Cuanto más control necesitas tener sobre las cosas, sobre los demás o sobre ti mismo, más energía necesitas emplear para lograrlo. Está claro que no podemos tener todo bajo control, simplemente intentarlo es agotador y un esfuerzo inútil. Hay que aprender a confiar y fluir con la vida. Si no lo haces, estás siempre bajo tensión, y esa actitud es el origen de graves pérdidas energéticas que, en casos extremos, llevan a la depresión y la enfermedad.
Cultivar la armonía y el equilibrio con lo que te rodea
No podemos pretender recibir más de lo que damos, ni dar más de lo que recibimos. Cuando las relaciones son equilibradas nos nutren y crecemos, cuando son desequilibradas, poco a poco nos van desgastando.
No Juzgar
Si algo te duele, si algo no te gusta, si alguien te molesta, tienes el derecho y el deber de evitarlo, pero no pierdas el tiempo juzgándolo. Nunca juzgues la realidad, simplemente vívela de la forma más natural y creativa posible.
No te juzgues a ti mismo ni tampoco a los demás. Cuando juzgas algo, limitas las posibilidades de tu vivencia de ese algo. Todo juicio está basado en un patrón, en una moral, y en el universo no hay patrones ni morales preestablecidas ya que todo es cambio, energía en evolución.
Saber perdonar
El rencor, el odio hacia alguien aunque esté totalmente justificado, es un veneno que te intoxica y te enferma, solo el perdón te hará libre y te sanará completamente, haciendo que no pierdas tu vida, tiempo y energía. Por supuesto, perdonar no es dejar que vuelvan a ofenderte, sino liberarte totalmente de la ofensa para que no quede ni rastro en ti. El daño recibido puede no haber sido intencionado, luego borremos la intención y liberemos intencionadamente el dolor producido.
Ser coherente contigo mismo para no negarte a ti mismo. Ser coherente contigo mismo es algo que te afianza en ti, que te da el sentimiento de poder y valía personal, mientras que contradecirte te resta fe en ti, y por lo tanto, te quita energía.
Evitar los pensamientos conflictivos y negativos. Mente Positiva
Los pensamientos negativos, pesimistas, desconfiados, con exceso de crítica y miedo. Los pensamientos de tensión y todos los negativos en general, nos hacen perder energía, nos contraen y bloquean, impidiendo el libre flujo de energía. Cierto que puedes tener estos pensamientos, que son inevitables, pero la actitud correcta es no mantenerlos, no darles tu energía, es decir, no hacerles caso y dejar que pasen como nubes que el viento lleva, sin identificarte con ellos. Si además apuestas por los pensamientos positivos contrarios de optimismo, confianza y esperanza, no solo evitarás perder energía, sino también enfermarte y sufrir.
Para ello tienes que tomar la decisión consciente de no dejarte llevar por pensamientos negativos. Lo haces porque sabes que te dañan, y tú no quieres ningún mal para ti. Tomas la decisión de afianzarte en pensamientos positivos. Lo haces porque sabes que te aportan energía, salud, vitalidad y tu vida es más gozosa. Lo haces porque deseas tu felicidad.
Descubrir tus agujeros energéticos
En el trabajo de la energía está es la parte más difícil y también la más necesaria porque esas mochilas con las que cargamos, que nos pesan y a veces hasta nos impiden caminar, el descubrir y solucionar esos agujeros por donde perdemos tanta energía y hasta salud y vida, es necesario identificarlos y solucionarlos.
Este apartado se corresponde totalmente con lo que hablamos de las dependencias y la receta que dije antes de Identificar, aceptar, comprender, canalizar y sanar es también válida para esto.
También es un trabajo que debemos asumir prioritariamente porque ir con la vida con un peso, con un agujero que nos quita vida es algo que no podemos hacer. Necesario abordar el asunto y solucionarlo.
Una vez que somos conscientes de nuestros agujeros energéticos, ahora queda la última parte del trabajo de la energía y es utilizarla en algo, ponerla a trabajar en nuestro sueños y metas más auténticos. Parece lo más fácil, pero no siempre es así. No te pierdas la siguiente lección.